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Artículos

Núm. 3 (2021): No. 3 Nueva Época. Enero-Diciembre 2021

Ni dios: No god

  • Elina Ibarra
Enviado
diciembre 27, 2021
Publicado
27-12-2021

Resumen

Muchos órdenes políticos y sistemas normativos utilizan la expresión “dios” en sus textos oficiales: constituciones, fundamentos de sentencias, juramentos de funcionarios, etc. Sin embargo, no siempre queda explicitado qué es lo que se está designando con aquella palabra. Propongo un ejercicio reflexivo sobre el término, para analizar algunas de las propiedades adjudicadas por la tradición cristiana. Entonces, se hará evidente la contradicción que implica sostener que tal dios posee ciertos atributos en grado sumo: que dios sea perfecto, libre y puro, infinitamente bueno y misericordioso. No obstante, estas cualidades, al crear voluntariamente un mundo a partir de la nada, pudiendo crear mundo y hombre perfectos -a su imagen y semejanza- en cambio los crea falibles. Frente al mal en el mundo se muestra indiferente, e interviene sólo haciéndose escuchar por unos pocos privilegiados que se arrogan la exclusividad de esa comunicación. El poder del dios todopoderoso no interviene para evitar el mal en el mundo, pero interviene para que sus representantes creen leyes y participen de la política de los estados. Como sus afirmaciones en torno a dios y sus atributos no poseen valor de certeza racional alguna, la iglesia, sus representantes y sus seguidores deberían  abstenerse de direccionar las políticas públicas a través de la no-interferencia en la creación de normas, que incluso afectan a quienes no pertenecen a su feligresía.

Abstract

 

Many political orders and normative systems use the expression "god" in their official texts: constitutions, bases of sentences, oaths of officials, etc. However, it is not always explicit what is being designated by that word. I propose a reflective exercise on the term, to analyze some of the properties assigned by the Christian tradition. Then, the contradiction involved in maintaining that such a god possesses certain attributes in the highest degree will become evident: that god is perfect, free and pure, infinitely good and merciful. However, these qualities, by voluntarily creating a world out of nothing, being able to create the perfect world and man - in his image and likeness - instead create them fallible. Faced with evil in the world, he is indifferent, and only intervenes by making himself heard by a privileged few who claim the exclusivity of this communication. The power of the almighty god does not intervene to prevent evil in the world, but intervenes so that his representatives create laws and participate in the politics of the states. As their assertions about god and his attributes do not have any rational certainty value, the church, its representatives and its followers should refrain from directing public policies through non-interference in the creation of norms, which even affect the who do not belong to your parishioners.